Emociones básicas

Las emociones son expresiones psicofisiológicas provocadas en respuesta de reacción frente a un estímulo esto produce mediante nuestras conductas la liberación de hormonas y neurotransmisores y las cuales irán variando en función de nuestras experiencias vitales y del medio cultural y social en que nos encontremos.

Las emociones básicas ya podíamos saber a través de autores como Goleman, que tenía la teoría de que había 4 emociones primordiales, y otros como Ekman, que por contrapartida opinaba que existían 6. Tanto los términos básicas como primordiales se refieren a emociones que se encuentran de base en nuestros registros conductuales, es decir, que varías son compartidas por todos frente a cierta cualidad en que se presenten los estímulos y las experiencias.

La teoría que ha predominado a lo largo del tiempo es la de Goleman, es la más aceptada y en ella es en la que se centrará este artículo. No obstante, también merece la pena conocer exponer también la teoría que tiene Ekman.

Las 6 emociones básicas de Ekman

Para este prestigioso psicólogo, Ekman, las seis emociones básicas son la tristeza, la alegría, la sorpresa, la ira, el asco y el miedo. Como podemos ver, son las cuatro emociones básicas de Goleman con un añadido de dos más: la sorpresa y el asco, que opina que estas emociones no son ramificaciones de otras emociones, sino que en sí mismas constituyen la base de muchas otras.

Por el contrario, Goleman opinaba que la sorpresa y el asco eran combinaciones o uniones de emociones. De esta manera, la sorpresa era una unión entre el temor y la alegría, y el asco otra diferente. De estas uniones, salían muchas de las otras que podemos diferenciar en el ser humano.

Las 4 emociones básicas de Goleman

Las cuatro emociones básicas según Goleman quien aporta la teoría predominante, como ya hemos mencionado.

El miedo

El miedo es una de las principales, y la doctrina psicológica la denomina como una emoción de repliegue, es decir, que se trata de una emoción que conlleva irremediablemente a reflexionar. Por ello pertenece al conjunto de las emociones reflexivas.

miedo

Como todos sabemos, el fin que tiene una emoción básica como es el miedo, es la de prevenirnos ante la existencia de un peligro que se encentra cerca de nosotros. De esta manera, encontramos que esta emoción es básica para para la supervivencia de la especie.

Pero no solamente se limita a prevenirnos de los daños que puedan causarlos diferentes agentes externos a nuestra persona, sino que trata de prevenir también que no seamos nosotros mismos quienes hagamos daño.

La importancia verdadera que tiene esta primer emoción básica de las cuatro, es que nos da pistas sobre la exacta capacidad que tenemos para gestionar una situación de peligro extremo. La mayor gestión de esta emoción conlleva a tener una personalidad prudente. Sería como una especie de radar interno que nos sirve de alarma.

La tristeza

Inmediatamente después de la emoción básica ‘’miedo’’, encontramos otra de las cuatro emociones, que es la tristeza. Está justo después porque es otra emoción que hace reflexionar a la persona que está padeciendo un estado de tristeza, por lo que, al igual que en el anterior caso, podemos clasificarla dentro del grupo de emociones reflexivas y calificarla como una emoción de repliegue.

tristeza

La función principal de la tristeza es la consciencia. Nos hace ser conscientes, porque esta emoción hace que podamos estar más centrados o concentrados en el momento difícil que estemos pasando.

Pero a su vez esta emoción básica nos permite liberarnos de esa pesada carga que a su vez la provoca, pues la tristeza provoca lágrimas, suspiros, y otra serie de reacciones fisiológicas que no son más que una liberación de la tensión acumulada por una serie de acontecimientos fuertes.

Otra de las funciones que puede tener la tristeza es la de hacer que la gente que nos rodea pretenda ayudarnos a través de la contención, es decir, que el grupo al que pertenecemos centre su atención en la persona que está sufriendo. Ello hace que podamos levantarnos más fácilmente y que, en resumen, seamos menos frágiles ante una determinada situación.

La alegría

Por contrapartida con las dos anteriores, tenemos aquí a la alegría, que es una emoción básica expansiva. Al contrario que las de repliegue, que nos hacen retraernos en nosotros mismos, las emociones expansivas tienen que ver con cómo interactuamos con el mundo exterior, además del interior.

Si lo pensamos bien, en un estado de tristeza, la manera que tenemos de relacionarnos con el exterior cambia radicalmente con respecto a si estamos de un humor alegre. Cuando estamos experimentando una etapa liderada por una emoción de repliegue, no tenemos ganas de conocer a nadie ni tenemos ganas de ver a nuestros seres queridos. Lo único que nos apetece es aislarnos y reflexionar sobre la situación que se está dando.

alegria

No ocurre lo mismo cuando estamos alegres, momento en el cual deseamos relacionarnos con las personas y ayudar a las mismas, de tal manera que quedarse aislado y quieto en un sitio determinado puede hacer cambiar nuestro estado de ánimo radicalmente.

Por ello, un estado de ánimo alegre tiene como función básica la de estrechar lazos con las personas que nos rodean, ya sea a la hora de conocer gente nueva, ya sea a la hora de mostrar afecto y cariño a las personas que ya conocíamos.

Esta función es extremadamente importante en cualquier ser que habite en una sociedad y que se rodee de grupos de personas, ya que incide directamente en la manera que tenemos de comunicarnos, como hemos dicho anteriormente.

Todas las emociones proyectadas hacia el exterior que podamos pensar, como el cariño, el afecto, e incluso otras más íntimas como las eróticas, están estrechamente relacionadas con la emoción de alegría. Pero esta es complicada de registrar sino tomamos conciencia de lo que esta sucediendo adentro nuestro y afuera.

La rabia

Es lógico pensar que esta emoción básica no es una emoción de repliegue, sino todo lo contrario, constituye una emoción expansiva. Esto se debe a que la rabia es una emoción que aparece proyectada directamente al exterior, de tal suerte que podamos liberar una carga que nos esté estorbando de manera rabiosa e impulsiva.

De esta manera, la rabia es una emoción impetuosa cuya función es deshacernos de una molestia que nos está causando una gran ofuscación, por lo que también sirve para identificar aquello que es inmediatamente perjudicial para nosotros y para diferenciar lo que está mal de lo que está bien.

rabia

La rabia es considerada por muchas personas como una emoción básica negativa pero el hecho de que la rabia desencadene acciones impetuosas y bastante enérgicas no quiere decir que tenga una connotación negativa, aunque sea bastante desagradable de experimentar como receptor.

Pero reflexionando acerca de qué significa, la rabia nos permite identificar lo inmediatamente perjudicial para nuestra persona, de suerte que podamos librarnos de ello antes de que la situación pase a mayores y experimentemos miedo. Es un método defensivo bastante eficaz para liberarnos de aquello que nos está molestando sobremanera.

El único momento negativo llega cuando esta rabia no es registrada por la persona que la experimenta, o cuando llevamos a una persona al límite de sus capacidades. Es en este punto cuando una persona puede reaccionar de manera violenta e incontrolable. Un correcto registro de la rabia, sin embargo, nos permitirá ser más conscientes del mundo que nos rodea y nos permitirá interactuar con él de una manera más adecuada.

¿Por qué se dice que existen 6 emociones básicas?

Antiguamente, se creía que existían 6 emociones básicas que dominaba el estado de ánimo de las personas. Esta teoría, como sabemos, fue acuñada por Ekman, y como sabemos, son: la tristeza, el asco, la sorpresa, la felicidad, la ira y el miedo.

Sin embargo, algunos estudios demuestran que no se trata de 6 emociones básicas, sino de 4. Por tanto, dos de las emociones de Ekman, no son más que la combinación de 2 de las 4 emociones reales que predominan en la mente humana. Esta teoría ya la podíamos ver con Goleman, pero estudios de la Universidad de Glasgow, de Reino Unido, no hacen más que confirmarlo.

Y este impresionante descubrimiento se hizo a través de una investigación en base a las expresiones la cara de las personas. Encontraron que el miedo y la sorpresa tienen un gesto en común, que consiste en la apertura de los ojos.

De la misma manera, la ira y el asco comparten el arrugamiento de la nariz cuando el gesto comienza a producirse. Estas expresiones faciales nos dan a entender que el asco y la sorpresa no son más que variaciones de unas emociones básicas existentes, que son el miedo y la ira.

Sin embargo, estas investigaciones deben seguir avanzando para confirmar la teoría ya que, como bien sabemos, las expresiones faciales varían según la cultura que tengamos, si bien muchas de ellas pueden coincidir a simple vista.