Amaxofobia o miedo a conducir

En 1998 saqué mi carnet de conducir. No fue fácil, pues tengo que confesar que por poco suspendo el examen de conducir. Por supuesto, tenía miles de excusas para justificar este lamentable hecho: que el automóvil no era mío, sino alquilado, que el circuito era muy pequeño, etc., entre otras.

Así, con sobresaltos, logré obtener mi carnet de conducir. En ese momento conducía el automóvil de mi madre, lo usaba para ir a la universidad o a la casa de mis amigos. Tengo que decir también, que el automóvil era bastante viejo y no se encontraba en un buen estado, por lo que recuerdo haberme quedado tirada más de una vez, sin tener ni idea de qué era lo que le sucedía.

Recuerdo haber sido amablemente remolcado por un grupo de conductores a los cuales mi automóvil no les dejaba pasar. Pero con todos estos percances, conduje por las carreteras seis años y nunca tuve un accidente más allá de estos embarazosos momentos en los que el automóvil dejaba de funcionar.

Tras ello, me mudé a otra ciudad y, por supuesto, no tenía automóvil, así que me acostumbré a vivir nuevamente como un ciudadano de a pie. Pasaron los años, decidí compartir mi vida con alguien y compramos un nuevo vehículo que, casualmente, no he conducido en casi ninguna ocasión.

De hecho, aún no he renovado mi carnet. ¿Por qué? Porque en algún momento y sin darme cuenta, me empezó a asustar mucho la idea de conducir, de hacerlo mal y de generar algún accidente, aunque fuera pequeño. En algún momento mi ansiedad por conducir le gano a mis ganas de hacerlo. Así, poco a poco y sin querer, sigo posponiendo un hecho que podría facilitarme la vida.

Muchos de esos sentimientos que hoy tengo, los experimentan una gran cantidad de conductores en el mundo. Muchos, como yo, sufren de amaxofobia o miedo a conducir.

¿Qué es la amaxofobia?

La palabra amaxofobia proviene de las palabras griegas “amaxo”, que significa carro o carruaje, y “fobia”, que significa miedo. Por tanto, esto no es otra cosa que el temor irracional a conducir un vehículo. Temor que se inicia ante la sola idea de tener que conducir.(1)

Este miedo exagerado a ponerse al frente del volante hace que el conductor sienta altas dosis de ansiedad, que pueden llegar incluso a paralizarlo por completo y no ser capaz ni de encender el vehículo.

Algunas otras personas llegan a conducir, pero sufren de diversos síntomas de ansiedad mientras realizan esta actividad.

Miedo a conducir

¿Quiénes sufren este miedo a conducir?

Contrariamente a lo que se podría creer, la amaxofobia la sufren tanto conductores novatos como personas experimentadas al volante. Tanto malos conductores, que no confían en sus propias habilidades, como conductores muy diestros, que dudan de las habilidades del resto de conductores.(1)

Suele ser más común en hombres que en mujeres, aunque algunos opinan que lo que ocurre es que para los hombres es más vergonzoso asumir que sufren ansiedad al conducir.

Tampoco es un trastorno exclusivo de personas que hayan sufrido un accidente o una mala experiencia al conducir. Hay conductores que sin haber tenido algún percance empiezan a presentar síntomas de ansiedad por conducir.

Síntomas de la amaxofobia

Para poder decir que una persona tiene realmente una fobia a conducir es necesario que el miedo esté presente a tres niveles:

  • A nivel cognitivo la persona suele tener pensamientos catastróficos por el hecho de conducir. Tiene temor a provocar un accidente, a perder el control, a generar daños a terceros o a morir. Estos pensamientos son intrusivos, es decir, aparecen de forma inesperada y no logran ser controlados por la persona. Son pensamientos que nos invaden de pronto y permanecen con nosotros.(2)
  • A nivel fisiológico la persona experimenta signos típicos de cualquier proceso de ansiedad, como sudoración excesiva, temblores involuntarios, mareos, náuseas y malestar estomacal, rigidez muscular, aumento del ritmo cardíaco o visión borrosa, entre otros. No es necesario que la persona presente todos estos síntomas para afirmar que tiene temor a conducir. A veces, una sola de estas manifestaciones es más que suficiente para notar que nos encontramos ante una fobia.(2)
  • A nivel conductual la persona buscará evitar la acción que tanto estrés le provoca, es decir, buscará excusas para no tener que conducir. Preferirá usar el autobús, caminar, utilizar la bicicleta o pedirle a alguien que conduzca por ella, o, como en mi caso, retrasará la renovación de su carnet durante años para no tener que enfrentarse al miedo de ponerse al volante.(2)

Miedo a conducir

Causas de la amaxofobias

Como hemos mencionado anteriormente, no existe una sola causa, pues esta ansiedad extrema la sufren tanto personas inexpertas como experimentados conductores, independientemente de ser hombres o mujeres. Entonces, ¿cuáles pueden ser las razones por las que una persona llegue a sufrir miedo a conducir?

  • Las malas experiencias pasadas: no siempre será un accidente grave la causa inicial de este temor. A veces, un simple choque puede ser el inicio de lo que luego se convertirá en una fobia. Incluso, en algunos casos, es posible que hayamos vivido una mala experiencia siendo copilotos y no conductores, pero que de todas maneras lleguemos a asociar el conducir con algo muy peligroso y, por lo tanto, busquemos evitarlo.(3)
  • Tener poca habilidad como conductores: si acabamos de aprobar el carnet de conducir es natural que nos sintamos un poco nerviosos. Pero, ¿qué pasa si hemos aprendido mal? Por ejemplo, a muchos conductores les cuesta estacionarse en espacios pequeños. Es posible que ante nuestra falta de pericia lleguemos a pensar que no somos buenos para conducir, lo que sin duda aumentará nuestra ansiedad al hacerlo, llegando así a confirmar que será mejor no seguir conduciendo.(3)
  • Los temores y expectativas de otros: es probable que algunas personas de nuestro entorno encuentren en el hecho de conducir un automóvil algo peligroso y, por lo tanto, están constantemente advirtiéndonos de los riesgos a los que nos exponemos. Esto, sin duda, podría incrementar nuestra ansiedad. Así mismo, si nuestro copiloto (que puede ser el padre, el cónyuge o el amigo del conductor) parece no confiar demasiado en nuestras habilidades para conducir, puede generarnos ansiedad, pues esta, al igual que todos los sentimientos, se contagian y si la persona que llevamos al lado está ansiosa terminaremos estándolo nosotros también.(3)

Es probable que existan muchas otras causas, pues hay tantos motivos como personas que padecen de esta fobia, y en muchas ocasiones la respuesta no está motivada por un solo factor, sino que es la suma de varios, lo que termina condicionando que nuestro temor a conducir se vuelva mayor cada día.

Cómo superar el miedo a conducir

El miedo a conducir (amaxofobia), al igual que muchas otras, sí tiene cura. ¿Cómo es el tratamiento? Veamos algunas pautas de comportamiento para su curación.

1. Partir de un buen diagnóstico

No todas las personas con miedo a conducir sienten lo mismo o presentan el mismo grado de ansiedad. Para arreglar el problema primero tenemos que saber exactamente cómo es cada caso.

Por ejemplo, es importante determinar si la persona no logra conducir unos metros o si lo consigue a pesar de sentir ansiedad. Así mismo, dentro de la conducción del automóvil puede haber algunas situaciones que le generen más ansiedad que otras. Para algunas personas la idea de pasar debajo de un puente o de un túnel es demasiado perturbadora, mientras que, para otras, en cambio, conducir de noche es considerado de máxima peligrosidad y buscarán evitarlo.

Por lo tanto, es necesario hacer un reconocimiento de cuáles son los factores que generan más ansiedad y cuáles los que provocan menos temor. De esta forma podremos ir tratando el miedo en su escala adecuada.

2. Desterrar los pensamientos negativos

Necesitamos eliminar de nuestra mente todos aquellos pensamientos que nos generan ansiedad.

De esta forma, si cada vez que nos ponemos al volante pensamos que nos ocurrirá un accidente terrible, debemos desterrar estas ideas y controlar nuestros pensamientos. Para ello se pueden utilizar técnicas de respiración y relajación como método más adecuado.(3)

3. Reforzar la confianza en las propias habilidades

Si consideras, por ejemplo, que parte del problema es que no aprendiste a conducir bien, nunca es tarde para realizar un curso de refuerzo que te ayude a aumentar la confianza en tu destreza como conductor.(3)

4. Solo se vencen los temores enfrentándolos

Los puntos anteriores son, sin duda, importantes, pero nunca perderemos el temor a coger un volante sentados en nuestro escritorio. Es necesario que nos pongamos de pie y tomemos las riendas del asunto, en este caso, el volante del asunto.

Sin embargo, no debemos ser poco realistas. No debemos ponernos pruebas que nos resulten demasiado difíciles de superar. No vamos a conducir por una gran autopista durante tres horas seguidas el primer día. Debemos ir de poco a poco, haciendo aquellas cosas que nos generan menos temor para ir aumentando el grado de dificultad paulatinamente.

Si tu temor a conducir está provocando problemas en tu vida, como perder mucho tiempo en el transporte público, dejar de asistir a reuniones o perder oportunidades laborales solo porque están lejos de casa, no lo pienses más, sigue estos consejos y ¡toma el volante! Seguramente en poco tiempo serás un gran conductor de nuevo.