Hoy en día, cada proceso se va haciendo mas complejo debido a los tiempos que corren y que producen mayor ansiedad. Un ejemplo de esto puede verse reflejado en las parejas y lo que deriva en filofobia o miedo a enamorarse. Si antiguamente crecíamos con la filosofía de que si no encontrábamos pareja nuestra vida habría sido un fracaso, hoy parece que en los tiempos que corren esto que antes era un anhelo hoy es un temor que ha producido un giro de 180 grados en el modo de vincularnos.
En ciertos casos una persona puede sentir que si tiene pareja perdería su libertad y con ello sus ganas de vivir su vida de una manera plena y satisfactoria. A causa de ello, mucha gente desarrolla este miedo a enamorarse de una pareja.
Puede surgir por otra serie de causas, como una ruptura muy dolorosa. A nadie le gusta pensar que le pueden romper el corazón e intenta controlar algo que no se puede controlar, y es precisamente eso: la incertidumbre con que nos enfrenta cada relación de amor.
Lo mejor en estos casos es saber que todo está a nivel de pensamiento y eso condiciona nuestras conductas de miedo, por eso es importante que frente a cada pensamiento negativo o recuerdo negativo aparezcan otros nuevos que ayuden a ir modificando nuestra manera de vivir el presente y enfrentar esos temores.
Este mecanismo de defensa que refiere este artículo es efectivo en el sentido de que intenta protegernos de algo y en este caso si desarrollamos esta filofobia, no podrán hacernos daño. Esto no es algo positivo en absoluto, y es algo que hay que cambiar. Porque estaremos reprimiendo nuestros deseos y la posibilidad de ser felices por un mecanismo que en su momento creímos que funcionó pero que en realidad no nos sirve, porque en vez de protegernos nos perjudica.
Pero… ¿Cómo enfrentarlo? continúa leyendo este artículo.
Lo más común para quienes sufren de filofobia es que esta ansiedad y este miedo surjan solamente ante este tipo de situaciones, pero hay casos que van mucho más lejos de quedarse en las relaciones de pareja. De esta manera, podemos encontrar a gente con este problema que se aísla de sus amigos y compañeros por miedo a desarrollar cualquier tipo de relación afectiva con los mismos.
Independientemente de que la filofobia o miedo a querer se manifieste en una esfera o en ambas, lo que es claro es que es un problema al que hay que poner solución, puesto que condiciona nuestra vida diaria de tal manera que no nos deja desarrollarla con perfecta normalidad.
Síntomas de la filofobia
En tanto que trastorno, la filofobia tiene una serie de síntomas claros. Lo más curioso y lo que resalta sobre esta patología es el mecanismo que emplea nuestro cerebro para alejarnos de esa persona que nos da ansiedad. Puede ser que la persona con filofobia en algún momento temprano de la relación comienza a buscar factores o defectos en su pareja con el fin de justificar su alejamiento. Es un mecanismo bastante curioso a la vez que efectivo.
Dado que estamos ante un trastorno que desencadena ansiedad, por supuesto, ante proposiciones serias que les hagan a las personas con filofobia, estas comenzarán a mostrar síntomas comunes de la ansiedad. Temblores, manos frías, sudores, sensación de aturdimiento, dolor de estómago, hiperventilación, etc.
Otra cosa bastante común que pueden llegar a hacer las personas con este miedo, es encontrar un amor platónico (inventado, real, pasado o futuro) al que aferrarse, de tal suerte que no tengan que enfrentar sus problemas con la excusa de que el gran amor de su vida aún no ha llegado, o ya se ha ido, o nunca existirá.
Como podemos ver, esta fobia es realmente todo un problema a la hora de comunicarnos con el mundo que nos rodea y de establecer relaciones afectivas, algo que está a la orden del día y que puede llegar en cualquier momento. Por ello, lo mejor que podría hacer una persona con filofobia, es tratar de solventar su problema.
Consejos para superar este miedo
Superar un trastorno como este nunca es una tarea sencilla. Realmente, superar cualquier tipo de miedo es mucho más complicado de lo que nadie se puede imaginar. Sin embargo, si dejamos que el miedo domine nuestra vida, cada vez querrá ir tomando más terreno, hasta que llegue un punto en que la situación sea insostenible.
Sin embargo, cuando llegamos a ese punto, la tarea de tratar un miedo se hace casi imposible. Por ello trata de detectar tu problema a tiempo, y sigue estos 10 consejos para superar la filofobia.
Localiza la raíz del problema
Lo primero que debemos hacer ante el miedo a querer es reflexionar acerca de cuándo empezamos a notar estos problemas o cuál puede ser la causa originadora. Puede que se trate de una relación anterior, de presión social, e incluso puede que se trate de alguna carencia afectiva que sufrimos cuando éramos pequeños. En cualquier caso, para superar el fobia a querer, es realmente importante identificar la causa.
No escuches a esa voz negativa
Muchas personas con filofobia consideran que no merecen ser amadas, y algo dentro de su interior siempre les está diciendo que esa persona especial no les quiere, sino que les está utilizando para pasar un buen rato o dejar de aburrirse. Es clave en este punto comprender que nosotros mismos podemos controlar nuestros pensamientos y lo que es mejor aún, poder cambiarlos por otros de índole positiva.
Piensa que lo que haces no está bien
El primer perjudicado en todo esto eres tú mismo. Tienes que pensar que ceder ante los miedos no es la mejor solución, todo lo contrario. Lo que si te ayudará es enfrentar estos pensamientos y estas situaciones. Las personas fuertes superan sus miedos y tratan de vivir más plenamente. Si decides vivir con un problema como este, estarás limitándote a ti mismo y cediendo ante una cosa que condicionará tu vida para siempre.
Está en tu cabeza
No es real, es algo que tú mismo has desarrollado como mecanismo de defensa. Debes pensar que, en las relaciones amorosas, aunque haya momentos realmente dolorosos, estos son superados en muchas ocasiones por momentos llenos de ternura, momentos irremplazables en la memoria. De la misma manera, si la padeces, tienes que pensar que las rupturas son algo lógico y normal cuando algo no va bien, así que tampoco sirve de excusa para recluirte en tus miedos.
No huyas de tus sentimientos
Si empiezas a sentir un cariño especial por alguien, no huyas de él. Trata de localizar el problema a tiempo. Cuando comiences a sentir que la filofobia ataca de nuevo, simplemente no cedas ante él, controla tus impulsos y repite que todo está bien, todo está en tu cabeza, la persona por la que sientes amor es maravillosa y se merece lo mejor de ti, no que le partan el corazón. Déjate guiar por el corazón y acalla tus miedos.
Deja de tener miedo a ser débil
Muchas personas padecen filofobia porque no quieren sentirse débiles y desprotegidos ante la posibilidad de que les hagan daño. Realmente, la única debilidad que existe en este miedo es ceder ante él. Las personas que son verdaderamente fuertes no tienen miedo a vivir y a aprender de las experiencias dolorosas.
Piensa en tus anteriores relaciones
Si piensas que el problema de tu miedo a querer puede encontrarse en alguna de tus anteriores relaciones, analiza aquello que acabaste odiando, aquello que te daba miedo, aquello contra lo que tenías que luchar, aquello que nunca conseguiste solucionar. Esto son elementos del pasado, y debes asumirlo. No siempre van a estar en la próxima pareja que tengas, la cual puede tener otra serie de defectos que no te provoquen tanto malestar.
Piensa en tu infancia
Si por el contrario opinas que la raíz de tus problemas se encuentra en posibles carencias emocionales experimentadas en tu niñez, aquí el problema puede tener unas connotaciones más duras y difíciles de superar. De esta manera, si tienes cualquier sospecha de que el problema reside en tu infancia, lo mejor es que trates de contactar con un profesional que te pueda ayudar a superar la filofobia.
Habla con tu nueva pareja
Para que puedas comprobar por ti mismo que las relaciones merecen la pena, haz de ti y de tu nueva pareja un equipo invencible. Háblale de tus problemas y de tus miedos, y pídele su ayuda para tratar de lidiar con ellos. Esto no debe servirte de excusa, sino de base para tratar de solucionar el problema con la ayuda de otra persona de una vez por todas.
Si no puedes tú solo
Acude a la ayuda de un experto. Como hemos dicho antes, en muchas ocasiones superar un problema que está demasiado arraigado en nuestro interior es tarea imposible si no se hace de la mano de una persona que realmente conoce el tema en cuestión.
Muchísima razón. Normalmente este tipo de conceptos, si se profundiza un poco más en ello y se sabe cómo ponerlos en práctica, pueden solucionar este transtorno.
Un saludo y gracias.