Qué es un brote psicótico

Se considera que el brote psicótico es como “una ruptura temporal con la realidad”, es decir, un período donde la persona no logra discriminar qué es lo que está ocurriendo en la vida real y lo que es sólo producto de su mente.

Los síntomas más característicos del brote psicótico son los delirios y las alucinaciones.  Esto afecta al juicio de la persona y hace que confunda la fantasía con la realidad. Este puede estar relacionado con múltiples trastornos como son la esquizofrenia, los trastornos esquizoafectivos o el consumo de drogas, entre otros.

Para entenderlo adecuadamente, primero analicemos sus dos principales manifestaciones: las alucinaciones y los delirios.

Las alucinaciones

Las alucinaciones son un trastorno de la percepción. Se dice que son una percepción sin objeto.(1)

Recordemos que la percepción es la manera en la cual interpretamos la realidad externa a través de la información que recogen nuestros órganos de los sentidos. Cuando hablamos de trastornos de la percepción podemos dividirlos en dos: las ilusiones y las alucinaciones:

  • Las ilusiones son percepciones erróneas. Cuando creemos ver algo que en realidad es una cosa distinta a la que creíamos haber percibido. Por ejemplo, salgo al patio trasero por la noche y, de pronto, me parece haber visto un fantasma, pero luego, al acercarme un poco más, me doy cuenta que eran las sábanas tendidas en el cordel. Me confundí y percibí una cosa por otra. El objeto siempre estuvo ahí (las sábanas), pero yo lo percibí como algo distinto a lo que en realidad era, es decir cometí un error al percibirlo.
  • Las alucinaciones, por su parte, son una percepción irreal, sin que exista ningún objeto. Volvamos al ejemplo: yo salgo al patio trasero por la noche y, de pronto veo a la Virgen María. Me acerco más y la veo muy nítidamente, hasta puedo hablar con ella. Pero resulta que nadie más que yo puede verla. Todas las personas a las que les pregunto si la ven me dicen que ahí no hay nada (ni siquiera una sábana). Entonces se puede concluir que estoy alucinando.

Las alucinaciones no son solamente visuales, pueden estar referidas a cualquiera de nuestros órganos de los sentidos: auditivas, olfativas, gustativas, kinestésicas (sobre el movimiento del propio cuerpo) y por supuesto, visuales.

Algunas veces se presentan alucinaciones en más de un sentido, como en el ejemplo anterior, yo podía ver a la virgen (alucinación visual) pero también podía hablar con ella (alucinación auditiva).

Otra característica recurrente en las alucinaciones es que estas suelen ser poco agradables.(1) No son como un sueño bonito y se parecen más a una pesadilla en la cual no podemos despertar. Aunque muchas veces tienen un trasfondo religioso, como ver a la virgen o a Cristo, suelen generar en los pacientes más terror y angustia que calma y sosiego.

Los delirios

Los delirios son un trastorno del pensamiento. La palabra delirio proviene del latín “delirare” que significa “salirse del surco labrado”. Llevado al pensamiento sería algo así como pensar saliéndose del curso normal.(1)

En general se entiende que los delirios son ideas falsas que tienen cuatro características muy marcadas:

  • La persona las mantiene con gran convicción. Quien tiene un delirio está total y absolutamente convencido que lo que sostiene es la pura verdad. No muestra ni una pizca de duda, no admite siquiera la posibilidad de que se trate de un error o confusión.
  • No son influenciables: la persona no cambiará la idea delirante por más que las personas a su alrededor lo traten de convencer de lo contrario. Ni porque le presenten las evidencias y las pruebas irrefutables de que lo que está diciendo es falso o carente de sentido. Esta persona encontrará los modos, aunque sean ilógicos y absurdos para el resto, de sostener su idea como cierta hasta el final.
  • Las ideas son inverosímiles: son ideas que distan mucho de la realidad, ya que suelen ser fantasiosas e inverosímiles. Ideas absurdas e ilógicas, pero que la persona realmente cree como reales y verdaderas.
  • No son compartidas por los otros miembros del grupo o sociedad: nadie más sostiene dicha idea. Solo la persona que está delirando argumenta, con convicción, que esta idea un tanto descabellada y poco creíble pueda ser real.

De igual manera, como ocurre con las alucinaciones, los delirios suelen ser poco agradables. Muchas veces tienen un tono paranoide, ya que la persona se siente perseguida o espiada, o en situaciones similares. Algunas otras veces, suelen referirse a eventos o situaciones catastróficas y negativas.

Imaginemos entonces una persona que ve cosas y escucha voces que nadie más logra ver ni oír. Estas voces suelen decirle cosas terroríficas y atemorizantes. Todo esto aparece acompañado de extrañas ideas que la persona realmente asume como ciertas.

Un paciente, por ejemplo, podría ver a Jesucristo hablándole, diciéndole que el mundo se acabará mañana, y que para salvarse debe matar a alguien. Él, realmente, cree que lo que ha visto, oído y pensado es la pura verdad. Por lo tanto, actuará en consecuencia de ello. ¿Cómo crees que reaccionará? Muy probablemente se muestre temeroso, con gran ansiedad, irritable y con altos grados de agresividad.

¿Quién puede sufrir un brote psicótico?

Generalmente el brote psicótico forma parte de la sintomatología de otras patologías, por lo que es importante no confundirlo con otros cuadros. Los trastornos donde suele presentarse son:

  • Esquizofrenia: muchas veces se suele pensar que la esquizofrenia y el brote psicótico son lo mismo, pero no es así. La esquizofrenia es una enfermedad crónica. En los momentos de crisis, cuando por ejemplo el paciente no está medicado, suele ocurrir el brote psicótico, y por lo general es de corta duración; pero puede reaparecer varias veces durante el transcurso de la enfermedad.(2)
  • Consumo de sustancias psicoactivas: el consumo de marihuana, cocaína o incluso el alcohol, puede llegar a producir todos los síntomas del brote psicótico. En ocasiones, cuando la persona ya presenta una adicción prolongada y deja de consumir la sustancia, se presenta el trastorno psicótico como parte del síndrome de abstinencia.(1)
  • Episodio Psicótico Único: es posible que la persona experimente un brote, sin presencia de algún otro trastorno y que lo haga por primera y una única vez. Estos casos suelen estar relacionados con un estado de estrés prolongado y profundo.(1)
  • Otros trastornos: algunos otros trastornos son el trastorno bipolar, el trastorno esquizotípico y el trastorno límite de personalidad o borderline.

¿Se puede prevenir el brote psicótico?

Si la persona padece algunas de las enfermedades antes mencionadas y ha tenido en el pasado un brote psicótico, la mejor manera de prevenir que esto no vuelva a ocurrir es manteniendo la medicación y las indicaciones que haya recomendado el doctor.

Cuando la persona nunca antes lo ha padecido puede ser un poco complicado prevenirlo, pues no se sabe con exactitud qué lo desencadena. Sin embargo, existen algunos comportamientos previos que preceden a la aparición del brote psicótico y que nos pueden ayudar a advertir que la persona está a punto de desarrollar un cuadro de esta naturaleza. Veamos con mayor detenimiento cuáles son dichas características:

  • Comportamiento extraño: la persona empieza a mostrar una conducta desorganizada, “rara”, generalmente extravagante, o que llama la atención por ser poco usual y que no parece tener un sentido lógico. A veces este comportamiento va acompañado también de ideas “extrañas”, un tanto inusuales. Aunque la mayoría de las veces la persona no comparte estas ideas con los demás, puede llegar a hacerlo.(1)(3)
  • Suspicacia extrema: puede que la persona se presente particularmente desconfiada, o que piense que todo lo que hacen los demás es con el fin de molestarle o de perjudicarles, por lo que su trato puede ser hosco y descortés, como estando a la defensiva. Este síntoma también es conocido como «paranoia».(3)
  • Descuido de su propia persona: de pronto la persona descuida su imagen personal y su aseo. Puede pasar varios días sin bañarse, ni peinarse ni cambiarse la ropa siquiera, y cuando se le sugiere hacerlo reacciona con agresividad.(1)
  • Aislamiento Social: es como si la persona se encerrara en sí misma. Cada vez muestra menos interés por interactuar con los demás, se enclaustra en sus pensamientos y no desea que nadie se le acerque.(1)(3)

¿Cuál es el tratamiento para el brote psicótico?

El brote psicótico es un cuadro agudo, de corta duración, pero con síntomas muy intensos. Durante el curso del mismo son muy frecuentes las conductas agresivas. La persona que lo sufre está fuera de sí y puede, por lo tanto, llegar a atentar contra la integridad física de sus familiares más cercanos.

Por estas razones, generalmente, se recomienda la hospitalización inmediata, por lo menos hasta que los síntomas hayan cedido un poco.(4)

  • Tratamiento farmacológico: los medicamentos antipsicóticos son imprescindibles en estos casos, y deberán ser administrados en la forma y tiempos que hayan sido prescritos por el médico tratante, pues si se interrumpe el tratamiento los síntomas, como las alucinaciones y los delirios, pueden volver a aparecer.
  • Tratamiento psicoterapéutico: en estos casos la psicoterapia debe ir dirigida no solo al paciente, sino también a los familiares directos. En cuanto al paciente, la psicoterapia busca que la persona logre entenderse mejor a sí misma y entender también su enfermedad y su tratamiento. En lo referente a la familia, lo que se busca es dar un apoyo emocional, y que los familiares aprendan a convivir con pacientes que sufren estas dolencias. Las tendencias actuales de tratamiento buscan que los familiares participen en la recuperación de los pacientes, siendo co-terapeutas, por lo que es necesario que estén psicoeducados en relación a los síntomas de la enfermedad, medicación y prevención de recaídas.

Si conoces algún caso que haya presentado o que presente los síntomas antes descritos, te recomendamos que busques ayuda profesional cuanto antes, pues de no ser tratado adecuadamente los síntomas podrían ir en aumento, lo que pondría en peligro tanto al paciente como a los familiares del mismo.