El empuje tecnológico de los últimos años, matizado por el desarrollo aún más abrupto de la computación y la irrupción de los dispositivos móviles, ha hecho que la tecnología sea parte indisoluble de nuestras vidas y una mediación esencial en todas nuestras interacciones sociales.
Tan es así, que muchos especialistas concuerdan en que la tecnología, junto al dinero y los hijos, es uno de los principales detonantes de conflictos en las parejas modernas.
Conflictos cotidianos
Dicho así, en tono un poco teórico, tal vez no se comprenda a plenitud el planteamiento, pero para aterrizarlo más nos haremos la pregunta: ¿cuántas veces no habremos visto o protagonizado discusiones en las que un miembro de la pareja le reclama al otro que pasa mucho tiempo jugando en el celular? ¿o posteando cosas e interactuando en las redes sociales?
Seguramente muchas.
Y es que como dijimos, ciertamente hoy la tecnología afecta las relaciones de pareja, al ser causa y móvil de muchos conflictos.
Esto no sólo es por la ineludible posibilidad de que dispositivos tecnológicos como smartphones y tablets, o una tradicional PC conectada a la web, pueden servir como teatro de operaciones de infidelidades y flirteos, sino también porque pueden constituir un elemento que dificulte la comunicación de la pareja.
Por supuesto que no siempre es así. Como nos dicen desde la página especializada en aplicaciones para Apple TopManzana.com, “la tecnología más que nada se concibe como un componente de mejoría para la comunicación, al hacerla ganar en rapidez, calidad y profundidad».
Los problemas descritos más bien dependen de la situación afectiva y emocional en que se encuentre cada relación. O sea que la tecnología no tiene la culpa como tal, pero puede empeorar un problema que ya existe.
Si hay dudas, desconfianza y sospechas, está claro entonces que se le cuestionará a la pareja sobre lo que podría parecer un desmesurado uso y dependencia de la tecnología. Pero resulta que los temores por una infidelidad no son el único motivo por el que esta mediación de nuestras vidas puede afectar la relación.
Si invertimos demasiado tiempo jugando o haciendo cualquier otra cosa conectados a la web, nuestra pareja puede percibir rápidamente que nos importa más eso que comunicarnos o darle amor a ella o él.
En este sentido, algunos expertos consideran que las nuevas tecnologías, si bien facilitan una mayor comunicación o intercambio informativo, también terminan por dañar indirectamente las relaciones humanas, al hacerlas menos personalizadas y condicionar la pérdida de información relevante, debido a la falta de intercambio directo que provoca entre las personas.
Como ejemplo de esa información que se pierde podemos mencionar las actitudes, tonos de la voz, gestos, y muchos atributos más del lenguaje corporal y las expresiones faciales.
Influencia en positivo
Por lo visto hasta aquí, ya seguramente te habrás formado una respuesta objetiva para la interrogante que da título a este artículo. Sin embargo, como todo en la vida, el asunto no viene en blanco y negro, sino que tiene muchos matices.
Por ejemplo, numerosos estudios de dinámicas de pareja atestiguan que muchas logran a través de la comunicación por medios tecnológicos (email, sms, Chat, etc.) conversar sobre temas con los que no se atreven a lidiar cara a cara, lo cual resulta muy beneficioso para ellos.
Además, ¿quién duda del papel importante que puede jugar la tecnología actualmente, al mantener de cierta forma cercanas a dos personas que se quieren y están pasando un tiempo muy alejados entre sí, debido a motivos de trabajo o de cualquier otra índole?
Sin duda, desde este punto de vista, la tecnología lejos de afectar negativamente la relación, contribuye a mantenerla sólida, impidiendo que la distancia tenga tan fácil el provocar los estragos que normalmente se le suelen achacar. Pulsa aquí si quieres leer más sobre los posibles beneficios de la tecnología en la vida de pareja.
Causa de ruptura
Como hemos visto, la tecnología impacta en una relación de pareja tanto positiva como negativamente. No obstante, resulta preocupante que cada vez un mayor número de rupturas amorosas se deban a ella.
Para hacernos una idea, un reciente estudio reveló que Whatsapp y Facebook provocaron 28 millones de rupturas de parejas por motivos de celos, infundados o no, sospechas, sesiones de vigilancia extrema que incomodan y crean discusiones, e incomunicaciones derivadas del doble check del WhatsApp, que significa que el mensaje fue recibido, y no precisamente leído como muchos aún creen.
Además de esto, otros daños no relacionados con temas pasionales son la ansiedad y adicción de las que la tecnología puede hacer víctima a una persona, provocando la ira y frustración de su compañero o compañera emocional, que termina por abandonar la relación.
Dicho todo esto, parece que no hay lugar a dudas de que ciertamente, la tecnología mal manejada daña las relaciones de pareja.