Terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo conductual no es más que la forma en que se estudia el problema conductual o el comportamiento de la persona, se trata de describir, modificar y explicar el porqué de los trastornos del comportamiento, estos son resultado de trastornos psicológicos, malos hábitos e infancias trastornadas.(1)

Lo que se busca con la terapia cognitivo-conductual es encontrar una respuesta positiva o más apta a conductas que no son adaptivas. Entre las terapias que tienen su base en las terapias cognitivo conductuales esta la técnicas aversivas, de sensibilización sistemática, técnicas operantes y terapia implosiva.(1)

En cada terapia se busca encontrar una respuesta más adecuada a las situaciones difíciles. Por decirlo de otra manera se busca cambiar la conducta del sujeto. La terapia conductual busca reducir caracteres problemáticos, violencia, problemas de adaptación, entre otros.

La terapia racional emotiva mejora el carácter, conducta y la comunicación del paciente, haciéndolo más perceptible, razonable a lo que sucede en su entorno.

Todo se origina en la experiencia

Lo primero que hay que tener claro respecto a las terapias cognitivo-conductuales es que consideran que la personalidad viene conformada por las experiencias pasadas, y que éstas afectan tanto positiva como negativamente a la forma de ser de la persona.(2)

Esto conviene tenerlo muy presente: Las experiencias pasadas pueden tener como resultado cambios en la personalidad positivos, pero también negativos. Evidentemente, los cambios que intentan modificarse son los negativos, porque los positivos conducen a una personalidad carente de problemas, mientras que los negativos siempre implican determinados trastornos o problemas.(2)

Además, es importante señalar que la mayor parte de las experiencias que configuran una determinada personalidad se dan en la infancia, donde las experiencias tienden a marcar más profundamente la personalidad del individuo.

No obstante, esto no significa que las experiencias en la adolescencia o en la madurez no tengan importancia: Estas también pueden configurar la forma de ser de una persona.

Así, por ejemplo, si una persona sufre un accidente de tráfico, aunque no haya sufrido daños físicos importantes, puede haber recibido un trauma emocional por el accidente, lo cual configure su personalidad de forma que sienta miedo a viajar en coche.

Sin embargo, los problemas que una persona tenga a nivel personal no tienen por qué basarse en experiencias difíciles propias directamente. Por ejemplo, también se puede desarrollar fobia a viajar en tren o en avión si algún familiar cercano ha muerto en un viaje en este tipo de medios de transporte.

Lo importante en este último ejemplo es darse cuenta de que, pese a que quien murió fue otra persona, la experiencia siempre es propia. Es decir, el trastorno se origina a consecuencia de la experiencia que tiene para el individuo la pérdida de la persona querida. Así, ya sea directa o indirectamente, los trastornos siempre se originan en la experiencia.

Por otro lado, conviene aclarar que, aunque los anteriores ejemplos son ilustrativos y sirven para comprender de forma didáctica en qué se basa la terapia cognitivo conductual, lo habitual es que los cambios no sean tan drásticos, sino mucho más graduales.

Así, si una persona ha recibido a lo largo de su vida una educación muy basada en la consecución de objetivos, puede llegar a desarrollar un miedo patológico al fracaso. Este miedo no se debe a ninguna experiencia particular, sino a la acumulación de una gran cantidad de experiencias en el mismo sentido.

¿En qué terapia cognitivo conductual se basan los patrones de conducta en el matrimonio?

¿En qué terapia cognitivo conductual se basan los patrones de conducta en el matrimonio?

El modelo conductual del matrimonio se basa en la teoría del intercambio social. Consideran que las relaciones interpersonales, como el matrimonio, se componen principalmente de procesos de negociación, en donde las partes implicadas intercambian bienes materiales y no materiales

La satisfacción en la relación es alta para un individuo cuando las recompensas igualan o superan a los costos que resultan en el proceso de intercambio, mientras que la insatisfacción y el aumento de la probabilidad de disolución de la relación se producen cuando los costos exceden a las recompensas.

De acuerdo con esto, los terapeutas de conducta asumen que la satisfacción y la estabilidad marital serán altas cuando las recompensas son iguales o superan los costes de las interacciones con el cónyuge.

La insatisfacción marital será alta cuando los costes sobrepasan a las recompensas de las interacciones con el cónyuge, y el fracaso en restaurar o cambiar la razón coste/recompensa con el tiempo aumentará la probabilidad de disolución de la pareja.

Con el fin de mantener o aumentar niveles elevados de satisfacción y estabilidad maritales es importante especificar áreas de interacción o intercambio maritales relacionadas con la satisfacción marital y determinar igualmente las habilidades necesarias para mantener una razón recompensa/coste equitativa.

Cuando disminuye la satisfacción marital como resultado de la falta de equidad en alguna de esas tres áreas, puede restaurarse la equidad cambiando el patrón de interacción y la razón recompensa/ coste resultante.

Competencias de la terapia de la conducta

Según, Weiss (1978), los cónyuges pueden modificar el patrón de interacción aplicando habilidades en las siguientes cuatro categorías de competencia:(3)

  1. Objetivación, refiriéndose a la capacidad para identificar adecuadamente las fuentes de las recompensas y los costes y los determinantes de los intercambios satisfactorios;
  2. Apoyo-comprensión, refiriéndose a la capacidad para establecer la intimidad por medio de la empatía y de las expresiones cálidas.
  3. Solución de problemas, refiriéndose a la capacidad para generar, estar de acuerdo con, o plantear soluciones al conflicto.
  4. Cambio de conducta, refiriéndose a la capacidad para utilizar estrategias de control positivas, en vez de coercitivas.

Esta terapia cognitivo conductual (TCC) fortalece muchos aspectos del comportamiento humano como la autosuficiencia, confianza, serenidad, capacidad de razonar y otras muchas más, que  hacen que la persona sea más calmada y con facilidad de sobrellevar cualquier situación, incluso aquellas más graves como los ataques de pánico y de ansiedad similares al trastorno bipolar.

En muchos casos se involucra la terapia de la conducta con la terapia cognitiva, pero la terapia cognitiva está enfocada más en los pensamientos y emociones que conducen a los comportamientos, y la conductual se centra más en cambiar o erradicar comportamientos o conductas no deseadas, como el trastorno obsesivo compulsivo.

Es decir, se dan una serie de pautas para ayudar en el día a día de las parejas, para saber cómo llevar a cabo la relación y mejorarla en lugar de seguir destruyéndola.

Muchas personas practican una combinación de ambas para así lograr un cambio, según ellos, más a fondo y seguro, ya que aparte de ahondar en su comportamiento, modifica también los pensamientos o emociones, logrando identificar y cambiar dichos patrones de pensamiento negativos.

Competencias de la terapia de la conducta

Sea cual sea la terapia que se use, se debe poner mucha atención en el pasado del sujeto, ya que este será el responsable del carácter o personalidad por el cual el sujeto tenga un comportamiento diferente.

La terapia conductual es sin duda una de las más solicitadas hoy en día en las terapias de pareja ya no solo por su efectividad, sino por la gran ayuda que otorga a las parejas nada más empezar el tratamiento.

La eficacia de las terapias cognitivo conductuales

Aunque pudiera parecer que la terapia cognitivo conductual se basa en teorías muy poco científicas y difícilmente cuantificables, lo cierto es que ha recibido un amplio apoyo científico desde que viera la luz por primera vez.

En diferentes estudios e investigaciones clínicas se ha demostrado la efectividad de este tipo de terapias. Por supuesto, el grado de eficacia es variable dependiendo del tipo de experiencias que sean, la personalidad desarrollada por el individuo, y otros factores relacionados.(4)

Sin embargo, en términos generales, la terapia cognitiva conductual se ha demostrado muy eficaz a la hora de tratar varios tipos de fobias, problemas de pareja, pánico, ataques de ansiedad y otros problemas semejantes.

Por último, conviene señalar que, a pesar de su efectividad, por lo general, se recomienda utilizar este tipo de terapias junto con el uso de medicamentos y otras terapias que también han demostrado eficacia médica. Pero esto no se debe a una ineficacia de la terapia cognitivo-conductual, sino a que la unión de diferentes terapias da un resultado más positivo para el paciente.

En conclusión, la terapia cognitivo conductual cuenta con un apoyo científico muy amplio, y se ha demostrado eficaz en una gran cantidad de experimentos e investigaciones clínicas, hasta el punto de ser una de las terapias más recomendadas para tratar determinados problemas mentales y emocionales.

Vídeo explicativo de las terapias cognitivo-conductuales