¿Es posible que alguien se sienta tan feo como para aislarse del mundo y deprimirse, sin que realmente su apariencia sea deforme? ¿Es posible que alguien se obsesione tanto con algún rasgo de su rostro, como su nariz o sus ojos, al punto de querer ocultarse de las miradas de los demás? ¿Es posible que alguien sin ningún defecto físico extremo, se llegue a sentir como un monstruo, incluso llegando a desear acabar con su vida?
Lamentamos informar de que sí que es posible. Existen personas que se sienten horrorosas, demasiado feas, monstruosas, aunque los demás no perciban que sus defectos físicos sean algo tan extremo. A esto, se le conoce como trastorno dismórfico corporal (TDC).
¿Reconoces estos casos?
Aunque el nombre suene un poco raro, existen casos bastante conocidos por todos nosotros, uno de la literatura de ficción y otro real, del mundo de la música. Veamos si los reconoces:
Caso 1: Este era un caballero muy solitario, tenía muy pocos amigos, era soldado y poeta, enamorado profundamente de una bella doncella a la que sentía inalcanzable, pues según él su prominente nariz lo hacía tan feo que jamás podría ser merecedor del amor de tan bella dama. Su sentimiento de “fealdad” le impedía ser feliz, se aislaba, no se atrevía a mirar de frente a su amada.
Así muere solo, lamentando su defecto físico. ¿Quién es? Pues se trata del inmortal personaje teatral Cyrano de Bergerac, obra bastante conocida y llevada al cine en más de una ocasión. En dicha obra encontramos el relato de cómo un hombre se llega a atormentar tanto por un defecto físico, que trunca su vida entera por ello.
Caso 2: Conocido como el rey del pop, nadie podría negar su incalculable talento para la música y el baile. Había alcanzado en su vida lo que muchos podrían llamar el éxito, la fama y la fortuna. Sin embargo, nunca estuvo satisfecho con su físico, las constantes cirugías y los cambios extremos en su apariencia eran la única manera de paliar esa insatisfacción mórfica.
Aunque nunca lo admitió (al menos en público), el color de su piel, y su aspecto físico en general, parecían atormentarle sobremanera, al punto de buscar todos los medios para cambiar de apariencia de una forma radical. A pesar de ello nunca llego a sentirse satisfecho consigo mismo.
¿De quién se trata? Michael Jackson. El rey del pop es considerado por muchos como un caso emblemático del trastorno dismórfico corporal.
Qué es el trastorno dismórfico corporal
Anteriormente llamada dismorfofobia, se refiere básicamente a la preocupación obsesiva por un defecto físico, que, o es inexistente o si es que existe, no llega a justificar el nivel de angustia con el que la persona lo acepta.(1)
Volvamos a los ejemplos anteriores: El buen Cyrano realmente sufría por poseer una nariz tan grande. Le atormentaba el temor al rechazo, no podía soportar la idea de que su amada lo encontrara demasiado monstruoso para entregarle su corazón.
Michael Jackson, por su parte, sin duda vivía obsesionado con su apariencia, aunque apelaba a causas médicas, el color de su piel era un tema recurrente en sus conversaciones y en sus hábitos de vida. Quién sabe, si la angustia por su apariencia fue la que la causa de sus desequilibrios emocionales, que terminaron en grandes dosis de medicación y, en última instancia con su vida.
Quiénes padecen el trastorno dismórfico corporal (TDC)
Generalmente este trastorno aparece en la adolescencia, tanto en hombres como en mujeres. Aunque no existen muchas estadísticas al respecto, se dice que este trastorno somatomorfo puede afectar aproximadamente al 1% de la población.(1)
Síntomas del trastorno dismórfico corporal
A todos nos preocupa nuestro aspecto, nuestra imagen personal es importante, tal vez para algunos más que para otros. Pero el trastorno dismórfico corporal (TDC) va más allá del deseo natural por verse bien. No se trata de personas que cuidan mucho su apariencia, sino más bien de personas que, sin un motivo evidente, se sienten exageradamente feas.
Los principales síntomas del TDC son:
- Preocupación excesiva por un rasgo físico: Que no se explica por una deformación real, o si existe, tal deformación es muy leve e imperceptible.
- Pensamientos obsesivos sobre el “defecto” que la persona dice tener.
- Invertir mucho tiempo en intentar camuflar o disimular aquella parte considera defectuosa: Usar sombrero y negar retirárselo, llevar ropas de abrigo aún en verano o algún tipo de accesorio innecesario todo el tiempo. El maquillaje excesivo que busca disimular aquel supuesto defecto también se considera como camuflaje.
- Interrogar constantemente a familiares o amigos cercanos sobre su aspecto, en especial sobre aquel defecto que tanto les preocupa.
- Pasar muchas horas delante del espejo viendo aquella parte supuestamente defectuosa: Inclusive pueden “notar” que creció o se exacerbó (por ejemplo, una mancha en la piel), pero nadie más percibe la diferencia.
- Así mismo no querer verse nunca en el espejo, evitarlo a toda costa. O incluso evitar ser fotografiado, o no querer ver las fotos en las que aparece, es también un síntoma de este trastorno.
- Compararse todo el tiempo con otras personas: Como buscando una evidencia que demuestre, que realmente, ese rasgo en ellos es algo fuera de lo normal.
- Aislarse: Evitar situaciones sociales, querer pasar desapercibido. Tener poco o nulo contacto social.
- Sentimientos constantes de ansiedad y depresión, que algunas veces pueden ir acompañados de ideas suicidas.
Causas del trastorno dismórfico corporal
Aunque no se sabe con exactitud qué causa esta patología, podemos encontrar posibles causas en tres ámbitos: genéticas, sociales, y psicológicas. (2)
- Genéticas: Se cree que puede existir una causa genética, ya que las probabilidades de padecerlo aumentan considerablemente cuando existe un miembro en la familia que lo padece.
- Sociales: Sin duda vivimos en una sociedad donde existe una fuerte cultura de la apariencia. Se valora mucho a las personas por su aspecto físico, existe discriminación por factores raciales en casi todos los países, y en general nuestra sociedad encuentra el “verse bien” como algo muy valioso y deseable. Por lo que aquellos que sientan que se encuentran fuera de los cánones de belleza establecidos por la sociedad, pueden desarrollar sentimientos de angustia y ansiedad, tal como ocurre con los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia.
- Psicológicas: La baja autoestima se presenta como un factor determinante en este tipo de trastornos. La incapacidad de aceptarse tal como uno es, de quererse a sí mismo, aún con las propias imperfecciones, suelen ser el detonante de trastornos más complejos.
Así mismo, algunos rasgos de personalidad como el perfeccionismo, en el que se juzga con dureza los propios defectos, podrían ser característicos de las personas que padecen dicho trastorno.
El miedo al rechazo y el temor a la soledad, suelen también estar presentes en estos pacientes. Aunque no se sabe si, como producto de su sentimiento de fealdad, desarrollan el miedo al rechazo o es más bien al revés; que por tener tanto miedo a ser rechazados empiezan a observar los defectos corporales con inusual atención hasta el punto de encontrarlos inaceptables.
Tratamiento del trastorno dismórfico corporal
Existen distintos tratamientos, y sin duda lo más eficaz puede ser una combinación de estos.(3)
Grupos de apoyo
Saber que uno no está sólo, conocer otras historias, otros casos, compartir con personas que sienten lo mismo, puede ser de gran ayuda para superar el TDC. Más aún, cuando ellos mismos pueden ver que los defectos que atormentan a sus compañeros no son tan grandes como ellos aducen. De esta forma pueden llegar, entonces, a reflexionar sobre la gravedad del defecto propio.(3)
Psicoterapia
Sin lugar a dudas, una persona con este trastorno necesitará ayuda psicológica. Existen una gran diversidad de terapias psicológicas que pueden ser de utilidad, pero para tratar este tipo de enfermedad, la que ha demostrado mayor efectividad es la terapia cognitivo conductual.(4)
En estos casos, la terapia cognitivo conductual es muy similar a la que se realiza con personas que padecen de TOC (trastorno Obsesivo- compulsivo).(4)
Los estudiosos encuentran grandes similitudes entre los síntomas de un TOC, con los síntomas de un trastorno dismórfico corporal. En ambos casos existen ideas que les generan angustia extrema, en ambos casos esta angustia los lleva a conductas que buscan evitar aquello que les perturba.
La terapia cognitivo conductual actuará en tres puntos: exposición, prevención de respuestas y reestructuración cognitiva:
- La exposición implica, como su nombre sugiere, exponer al paciente a aquello que le genera ansiedad, de forma gradual y paulatina. Por ejemplo, si una persona lleva siempre gorro porque piensa que se está quedando calvo y esto le aterra, le pediremos que se retire el gorro durante unos pocos segundos, en un lugar donde no haya mucho público, poco a poco iremos aumentando el tiempo de exposición, así como la cantidad de personas a las que tendrá que enfrentarse sin gorro.
- La prevención de respuestas se refiere a evitar que el paciente realice la conducta compulsiva cuando realizamos la exposición. Siguiendo con el caso anterior, si nuestro paciente logró retirarse el gorro, evitaremos que cubra su cabeza, por ejemplo, poniendo una visera o las propias manos a modo de cubrir lo que él considera su intolerable calvicie.
- Por último, la reestructuración cognitiva consiste en conversar con el paciente lo irracional de sus ideas, hacerle notar la distorsión de sus pensamientos y como estas distorsiones lo llevan luego a conductas inapropiadas.
Terapia farmacológica
En este tipo de casos el uso de antidepresivos en cantidades pequeñas ha demostrado ser de gran ayuda. Éstos deben ser prescritos por un profesional competente en el tema, quien pueda modificar las dosis de la forma más adecuada, de modo tal que sus beneficios sean mayores que los efectos secundarios que puedan tener los fármacos.(4)
En conclusión, el trastorno dismórfico corporal hace que quienes lo padecen se vean horribles, insoportablemente feos, lo que les genera angustia y sufrimiento en sus vidas.
Esto puede hacerles renunciar al amor y condenarlos a la soledad como en caso de Cyrano, o incluso a someterse a cirugías y procedimientos médicos que no consiguen hacer que se acepten tal como son, como en el caso de Michael Jackson.