Agorafobia o miedo a los lugares públicos

Entendemos la agorafobia como una patología que causa miedo a estar en lugares públicos, donde pueda resultar difícil salir o donde pueda ser difícil obtener ayuda si la persona empieza a sentir síntomas de ataque de pánico o similares.(1)

Generalmente estas personas piensan que en lugares con muchas personas o en los que encontrar la salida es complicado les puede pasar algo de manera repentina y que, si no pueden ser asistidos con prontitud, las consecuencias podrían ser fatales.

A continuación, exponemos un ejemplo donde Laura sufre un episodio de pánico en un entorno social bastante típico y analizamos después la sintomatología que hay detrás de esta enfermedad tan asociada al mundo moderno.

Un ejemplo claro de agorafobia

Laura tiene 23 años. El fin de semana pasado fue a un concierto de rock. El local estaba reventando de gente. Ella y sus amigas estaban en las primeras filas.

De pronto, la banda empezó a tocar y la gente empujaba hacia adelante cada vez con más fuerza. Laura empezó a sentir que le faltaba el aire, no podía moverse, empezó a sudar, los latidos de su corazón se aceleraban y solo podía pensar que sería imposible salir de ahí.

Casi sin darse cuenta el pánico se apoderó de ella, sentía que moriría, los pulmones se le cerraban, la vista se le nublaba y estaba a punto de perder el conocimiento. Sus amigas, al notar que algo pasaba, avisaron a los miembros de seguridad y fue evacuada.

Laura había sufrido un ataque de pánico.

Ella dice que fue la experiencia más traumática de su vida, la idea de morir, la falta de oxígeno, la sensación de que nunca acabaría. Ahora Laura tiene mucho miedo a que algo parecido le vuelva a ocurrir. Ya no quiere salir a la calle, menos a lugares donde haya mucha gente o en donde ella considere que no sería fácil salir en caso de emergencia.

Vive pensando que no quiere experimentar jamás nada parecido, incluso está dejando de asistir a clases en la universidad pues para llegar hasta allí debe tomar el metro, en el cual suele haber demasiada gente durante el viaje. Laura está empezando a desarrollar lo que los psicólogos llaman agorafobia.

¿Cuáles son los síntomas de esta fobia?

Los síntomas suelen ser varios, y su intensidad y frecuencia dependerá de cada caso concreto. Analicemos algunos de estos síntomas:

1. Evitar lugares

Generalmente estas personas empiezan rehuyendo los lugares más concurridos, como estadios, conciertos o grandes eventos. Pero si no se recibe un tratamiento adecuado, la ansiedad y el miedo van creciendo, por lo que cada vez van evitando más lugares, como pueden ser el supermercado, el metro o los cines, entre otros.

Los principales criterios por los que se suele evitar un lugar suelen ser la cantidad de gente y la difícil accesibilidad para recibir atención si fuera necesaria.(2) Por ejemplo, podrían asistir a un centro comercial si saben que en sus instalaciones se cuenta con una sala de primeros auxilios.

Agorafobia

2. Conductas defensivas

Es probable que existan lugares que no podemos evitar, como viajar en metro o ir al supermercado. ¿Qué hacer entonces? Si no logran evitar del todo estos puntos buscarán maneras para sea más llevadero, como por ejemplo ir acompañado. De modo que si algo llegara a ocurrir habría quien se haría cargo de la situación.

Así mismo pueden alterar sus horarios para asistir a este tipo de lugares solo en determinadas horas. Por ejemplo, acudir a un supermercado solo los lunes a las 8:00 a.m. porque a esa hora hay muy poca gente.

3. Tener miedo a tener miedo

Aunque suene un poco enredado algunas personas consideran que la agorafobia es, en realidad, el miedo a tener miedo.(2) Y ello porque la principal razón que les hace alejarse de determinados lugares y circunstancias es el temor a sufrir fuertes rasgos de ansiedad que no sepan cómo controlar.

Generalmente esta fobia se da en personas que han experimentado previamente un ataque de pánico, como es el caso de Laura.

El ataque de pánico es un miedo extremo que conlleva una serie de síntomas físicos como la aceleración del pulso nervioso, la sudoración, la visión borrosa o la sensación que nos falte el oxígeno, entre otros. Pero todos estos síntomas son producto simplemente del miedo y no de una amenaza real.

Tras esa mala experiencia la persona siente miedo de volver a sentirse igual, es decir, siente miedo de que otra vez el miedo le gane. Por eso decimos que se trata de una ansiedad anticipatoria. Como si la persona se fuera predisponiendo para sentir ansiedad.

4. Sentimiento de impotencia y frustración

Si fueras amigo(a) de Laura seguramente le dirías que no exagere, que se olvide y que no es para tanto.

Estos son los consejos que suelen recibir las personas que sufren agorafobia. Sin embargo, aunque el consejo sea muy bien intencionado, la persona no puede controlar el temor que siente ante la posibilidad de sentir nuevamente esa ansiedad, es algo más fuerte que ella misma.(2)

Al sentir que no es capaz de superarlo la persona se siente mal consigo misma, siente impotencia, rabia, enojo y frustración.

5. Relaciones de dependencia

Como un niño pequeño cuando entra en una piscina profunda y no sabe nadar se aferrará a su salvavidas, del mismo modo, las personas con agorafobia se sujetarán a alguien o a algo como si fuera su plancha salvavidas.

De pronto ya no podrán salir solas, pues eso les genera mucha ansiedad, pero si lo podrán hacer si alguien las acompaña, lo que las vuelve personas dependientes.

Esta relación de dependencia puede terminar siendo agobiante, tanto para el paciente mismo como para el acompañante.(2)

Agorafobia

Causas de la agorafobia

Estos son algunos condicionantes que están presentes en este cuadro patológico:

1. Haber sufrido ataques de pánico precedentes

Es cierto que existen personas que sufren agorafobia sin haber experimentado nunca antes un ataque de pánico. La gran mayoría de personas que padece este mal ha sufrido uno o más ataques de pánico en el pasado, lo que les lleva a sentir miedo de volver a pasar por lo mismo.(2)

Los ataques de pánico son un trastorno de la ansiedad. Se trata de un miedo incontrolable y exagerado, sin una razón aparente. Como si se produjese una intensa reacción del organismo ante una determinada circunstancia.(1)

2. Haber experimentado situaciones de estrés extremo

Las personas que ha soportado o soportan fuertes dosis de estrés durante mucho tiempo son más propensas a sufrir ataques de pánico y, por lo tanto, a padecer agorafobia.(1)

Eventos muy traumáticos en la vida, como pueden ser una violación sexual o algún otro tipo de violencia en la niñez, hacen que la persona tienda a ser extremadamente ansiosa, lo que podría llevarla a un cuadro claro de agorafobia.(2)

3. Tener problemas de alcoholismo o drogadicción

La ingesta de sustancias psicotrópicas puede generar sensaciones de angustia extrema. Un ejemplo de ello es el delirium tremens, muy común entre los alcohólicos, y que es vivido como un evento terrorífico. Esta experiencia, en la que la ansiedad alcanza niveles insospechados, podría ser un antecedente para la agorafobia.(2)

4. Existe una mayor incidencia en las mujeres

No queremos decir con esto que todas las mujeres vayan a sufrir agorafobia, sino que entre las personas que sufren este trastorno hay muchas más mujeres que hombres.(1)

Cómo superar la agorafobia

Aunque es necesario analizar cada caso en particular, en términos generales pueden especificarse los siguientes aspectos del tratamiento empleado:

1. Terapia farmacológica

Este tipo de terapia debe ser suministrada y controlada por un profesional médico entrenado para ello. Los medicamentos que generalmente se emplean en estos casos son los antidepresivos y sirven para controlar la ansiedad.

El tipo de medicamento, las dosis y otros detalles particulares son decisiones que le competen al médico.(3)

2. Psicoterapia

Para este tipo de casos la terapia cognitivo – conductual ha dado muy buenos resultados y se soporta básicamente en tres pilares.

3. Manejo de los pensamientos

Romper el miedo a tener miedo. Para que se produzca esta circunstancia es necesario que analicemos nuestros pensamientos, ya que muchas veces carecen de lógica y son, más bien, producto de nuestros propios temores.(3)

Recordemos el caso de Laura; ella no quería viajar en metro por temor a sufrir un nuevo ataque de pánico. Pero si pensamos bien las circunstancias en las que ocurrió el ataque de pánico, son muy distintas a las que pueden darse en un viaje en metro.

En ese medio de transporte la gente no se alborotará por ver a su artista favorito, y aunque las personas en el metro suelen no ser muy amables tampoco se trata de una masa enardecida.

4. Técnicas para combatir la ansiedad

Los pacientes que quieren superar la agorafobia sienten que ante la ansiedad pierden el control. El terapeuta buscará, entonces, devolverles el control de sus vidas. ¿Cómo? Controlando la ansiedad. Se les enseña técnicas de respiración y de relajación que ellos mismos puedan aplicar en cualquier momento que lo necesiten.(4)

De esta forma, si están en la cola del supermercado y empiezan a ponerse ansiosos, pueden realizar estos ejercicios, reducir la ansiedad e impedir que crezca tanto como para convertirse en un verdadero ataque de pánico

5. Terapia de exposición

De nada nos sirve que la persona reconozca sus pensamientos irracionales y maneje técnicas de relajación si no logramos que deje de evitar determinados lugares y circunstancias. Es decir, si no logramos que realice su vida con normalidad.(4)

Por eso, una parte importante del tratamiento se vincula a que el paciente, de forma gradual, vaya exponiéndose a las situaciones que tanto temor le generan y que logre reconocer que, en realidad, se trata de un temor infundado.

Por último, recordamos que los miedos crecen cuando les hacemos más caso y cuando huimos de ellos.

Si estamos empezando a tener algunos temores, por ejemplo, ir a determinados lugares, lo mejor que podemos hacer es enfrentarnos a nuestro temor y darnos cuenta de que todo está bien. Así, evitaremos que este miedo siga creciendo hasta convertirse en incontrolable.

1 comentario en «Agorafobia o miedo a los lugares públicos»

  1. Qué gran verdad lo de que hay que aprender a dejar de tener miedo al miedo, esa es la clave para el éxito. En la agorafobia hay una evitación precisamente por el miedo a que aparezca el ataque de ansiedad, pero si uno nunca se enfrenta a sus miedos, estos se perpetúan, y en muchos casos estas personas pueden vivir vidas muy limitadas.

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