La amistad es un impulso gregario que cada persona experimenta de una forma determinada. La amistad es un lazo profundo que puede aportar mucho a nuestras vidas.
Pero, como cualquier otro lazo, debe cuidarse y alimentarse para que no se pierda porque también al romperse este lazo puede doler.
Por eso, nos preocupa mucho reconocer la verdadera amistad entre todas las demás que no lo son. En este artículo trataremos de ayudarte en este proceso para una mayor comprensión de este concepto tan amplio e importante en nuestra vida.
¿Cómo se forja la amistad?
Les contaré una pequeña historia sobre la amistad: Paula tiene seis años y hoy inicia el colegio. Paula está asustada y no quiere quedarse en ese lugar. Mientras, Carla, también de seis años, se da cuenta que hay una niña asustada, se acerca y la abraza.
Carla la lleva de la mano y la sienta en la mesa justo al lado de ella. En el recreo ambas comparten su comida y juegan. Paula y Carla ahora son buenas amigas.
La amistad nace cuando nos preocupamos desinteresadamente por otra persona, porque nos agrada y nos gusta compartir parte de nuestro tiempo, porque la amistad saca lo mejor de uno, suma a nuestra vida y produce bienestar.
La amistad es un sentimiento puro y gratuito porque el hecho de pasar tiempo con esta persona se siente como un regalo en sí mismo.
Muchas veces no sabemos exactamente por qué elegimos a nuestras amistades o porque una persona nos cae tan bien. Pues bien, en general, se debe básicamente a dos cuestiones:
- Por cuestión de afinidad: nos sentimos cómodos con personas parecidas a nosotros, personas que piensan igual, que les gustan las mismas cosas o que persiguen los mismos objetivos. Muchas amistades surgirán de nuestras similitudes.
- Por cuestión de diferencias: aquel conocido dicho que dice que “los polos opuestos se atraen” también funciona para la amistad. A veces nos hacemos amistad con una persona porque es distinta a nosotros o porque piensa distinto o porque hace las cosas de forma diferente y eso nos llama la atención.
¿Cómo se mantiene la amistad?
Mantener la amistad muchas veces se confunde con tener contacto todo el tiempo con las otras personas que conforman el vínculo, sin embargo, la verdadera amistad es aquella que se mantiene sólida con el paso del tiempo y que son personas que uno sabe que cuenta cuando las necesite para compartir momentos importantes o momentos difíciles.
Puede suceder también que las amistades acaben, y pueda quedar un hermoso recuerdo de aquel vínculo y de anécdotas compartidas. Donde cada persona siguió diferentes caminos pero marcaron buenos momentos en la vida de cada uno.
Pero también hay amistades que son para toda la vida.
¿Por qué algunas amistades se conservan y otras van quedando en el camino? La respuesta a esta pregunta es muy variada y dependerá de cada caso concreto. No hay una única razón ni una sola forma de conservar una amistad.
Gerald Mollenhorst es un sociólogo que ha investigado mucho acerca de cómo surgen las amistades y si estas se mantienen o no en el tiempo.
Según sus estudios, en un período de 7 años una persona sustituirá, más o menos, a la mitad de sus amistades, es decir, dejará de frecuentar a la mitad de sus amigos de verdad, y comenzará nuevas amistades con un número similar de personas.
Pero lo más interesante es que esa otra mitad de nuestros amigos que no perdemos, serán nuestros amigos para el resto de la vida. Así que, si tienes una relación de amistad durante más de 7 años, es muy probable que ese vínculo se mantenga a lo largo de sus vidas.
¿Cómo se rompe la amistad?
Como bien venimos diciendo, no todas las amistades sobreviven al paso del tiempo, muchas de ellas acaban por distintos motivos. Analicemos un poco al respecto.
Amistades que se enfrían
Muchas veces nos hacemos amigos de alguien porque compartimos con esta persona algún espacio en común, por ejemplo, la escuela. Como vamos a la escuela juntas, nos vemos todos los días, conversamos, tenemos temas en común y la amistad se fortalece.
Pero, ¿qué pasa cuando dejamos de tener esos espacios en común? ¿Qué pasa cuando terminamos la escuela y nos dejamos de ver a diario? Cada individuo se dedica a sus actividades, el tiempo escasea y de pronto, sin darnos cuenta, ya no hay nada en común con esa persona, de pronto, queda un bonito recuerdo de la amistad, pero ya no se nos puede considerar como aquel vínculo que era antes donde lo que se compartía era prácticamente todo.
Es normal que esto ocurra, ya que durante la vida vamos a ir cambiando nuestras rutinas, nuestros intereses y también nuestras amistades.
Que una amistad se enfríe, no quiere decir que no haya sido una amistad de verdad. En estos casos es importarte comprender que se trata de alguien que nos acompañó durante un tramo de nuestro camino y ese tiempo no hubiera sido igual sin ese vínculo.
Amistades que se rompen
Con el tiempo, todos vamos evolucionando. Vamos cambiando nuestros gustos, nuestros intereses y nuestra forma de ser. Pero a veces, esos cambios hacen que surjan conflictos con nuestras amistades.
¿Qué pasa si ya no nos gusta hacer las mismas cosas? ¿Qué pasa si ahora pensamos de forma distinta? ¿Qué pasa si queremos cosas diferentes? Es muy probable que se generen discusiones, desacuerdos y enfados. A veces esos desacuerdos se superan y otras, esas diferencias terminan haciendo que nos separemos de alguien que hasta hace no mucho, era una amistad cercana.
Cuando esto ocurre y la amistad se rompe, puede ser doloroso y podemos sentir que esta persona nunca fue nuestra amiga/o, pero eso no es del todo cierto. Es posible que su amistad haya sido sincera, pero que ahora las cosas hayan cambiado. Si ese fue tu caso, no te preocupes porque nuevas amistades llegarán para enriquecer tu vida.
Falsas amistades
A veces entablamos amistad con una persona que consideramos buena y sincera, pero en un momento determinado, esta persona nos decepciona y nos hace daño, dañando así también la amistad.
La verdadera amistad implica cierta abnegación y fe ciega en las actuaciones de la otra persona. El principal componente que implica la amistad es la confianza.
Tenemos que entender que las personas no son perfectas y a veces las personas nos pueden fallar sin intención. Por ejemplo, una amiga/0 que no estuvo en un momento clave de nuestras vidas no se dio cuenta lo importante que era para nosotros que estuviera presente.
Generalmente sucede que cuando existe un interés de por medio, la amistad ya no es gratuita, por lo tanto, se rompe la directriz número uno con la que abríamos este texto. Y darnos cuenta de ello puede resultar doloroso.
A veces, no tenemos forma de percatarnos de que una persona, en realidad, no es nuestra amiga/o, sino hasta que nos traiciona y entonces duele aún más.
Pero la amistad es como todo vínculo, cuando algo se rompe puede terminarse pero también aprenderemos a valorar aún más las personas que seguiremos conociendo en el camino y con las que compartiremos nuevas anécdotas y momentos especiales.
Hay diferentes modos de amistad
Suele creerse que la amistad se manifiesta de una sola forma y en un único modo de vínculo, pero esto no es así. La amistad tiene diferentes manifestaciones, aparecen en diferentes momentos de nuestras vidas y también influyen nuestra madurez y nuestras experiencias de vida.
A lo largo de toda la vida iremos conociendo diferentes personas que aportarán grandes momentos y grandes consejos a nuestros conflictos.
También tendremos amistades de diferentes ámbitos como ser el ámbito escolar o laboral, ámbito de deporte, en el barrio donde uno se fue criando, etc.
Lo importante es comprender que cada uno va estableciendo los vínculos con aquellas personas que le hacen bien a su vida y le suman en sus decisiones aportando confianza y bienestar.