Emociones positivas

Las emociones son estados de ánimo de distinta intensidad. Podemos sentirnos alegres en un instante o podemos sentirnos tristes todo un día. En este sentido, existen emociones negativas y positivas que refieren la forma en que respondemos a ciertas circunstancias de la vida cotidiana.

Las reacciones antes varias situaciones pueden ser desiguales bajo un mismo escenario, pero pueden ser manejables cuando tenemos el nivel de madurez adecuado y también control emocional óptimo.

Cuando nos sentimos bien, se dice que sentimos emociones positivas como bienestar, gracia, felicidad, salud, alegría, fortaleza, seguridad, entre otras.

Por el contrario, las emociones negativas pueden percibirse a través de la debilidad, la soledad, tristeza, enfado, rabia, desdicha, etc.

Las 10 emociones positivas más destacadas

Para categorizar las emociones positivas es necesario atender a aquellos estados de ánimo que, de alguna forma, nos ayudan a vivir de una manera mejor.

1. Orgullo

Es una de las emociones más potentes y refuerza el sentido de pertenencia a un grupo determinado, ya que sentirse orgulloso de algo es un síntoma de humildad y respeto por las capacidades de los demás.

2. Alegría

Por indeterminada que parezca, la alegría aparece en momentos muy determinados. Escucha a tu cuerpo es esos intervalos, probablemente aquello que más alegre te pone está relacionado con lo que quieres de la vida.

3. Bienestar

Sentirse a gusto depende de muchos factores, pero todos ellos necesitan de un marco equilibrado para ser relevantes. Cuidarse y disfrutar de la vida sin presión, son dos actuaciones que nos llevan a esa sensación de confort referida.

4. Interés

El interés es una emoción muy conectada con la propia condición humana y si se carece de él, difícilmente se puede vivir de forma plena.

las emociones positivas

5. Diversión

Qué duda cabe, que para disfrutar la vida como se merece, es necesario recurrir al ocio de vez en cuando. Esta emoción refuerza la sensación de disfrute general, ya que sin risas, no hay alegría intensa.

6. Gratitud

Es importante destacar que esta emoción es propia de las personas estables con fuertes instintos sociales, lo cual les convierte en individuos afables. La gratitud se siente y se hace sentir, ya que es una emoción con propósito gregario concreto.

7. Esperanza

No se puede vivir sin ella, la esperanza nos hace levantarnos de la cama cada mañana, incluso en aquellas épocas más sombrías. Tener esperanza supone tener un propósito y anticipar el futuro, ya que se diseña uno cada vez que se tiene esperanza.

8. Serenidad

Es una emoción que no se disfruta plenamente hasta que no somos adultos. Suele aparecer en momentos de mucha claridad espiritual o cuando están cubiertas el resto de necesidades vitales.

9. Asombro

Uno de los motores que impulsan el espíritu humano, está alimentado por el asombro, ya que sin esta emoción, difícilmente la gente seguiría experimentando o visitando los lugares más recónditos de la tierra.

10. Amor

Aunque existen otras emociones negativas adyacentes que suelen derivar del proceso de enamoramiento, el amor en sí mismo es una emoción inocente que nos hace ser mejores de lo que realmente somos.

El amor que definimos no siempre es romántico, sino que refiere la afectividad que expresamos o deseamos expresar ante nuestros seres queridos.

Emociones positivas

Métodos cognitivos para regular las emociones

Al vivir una emoción negativa, nuestros pensamientos se centran en esa emoción activa y si le damos muchas vueltas a esos pensamientos, eso fortalecerá su influencia en nosotros.

Por esta razón, los expertos recomiendan no pensar tanto en una situación negativa, ya que así disminuirá su efecto. De esta manera, observamos como la emoción y el pensamiento están estrechamente ligados.

En este sentido y ya que el pensamiento y la emoción van de la mano, si cambiamos el pensamiento podremos controlar las emociones y en consecuencia nuestras acciones. Aquí os presentamos otras técnicas cognitivas relacionadas:

  • Afirmar positivamente: se refiere a cambiar pensamientos negativos por positivos. Esto nos hará sentir mejor a medio y largo plazo. Evitar los «no puedo», «hubiera», etc.
  • Retraso del pensamiento: consiste en analizar antes, durante y después de una situación desagradable, todas esas connotaciones negativas que nos afectan y de inmediato sustituir los pensamientos negativos por afirmaciones positivas.
  • Ensayo mental: se recomienda simular situaciones de ansiedad y visualizar que todo se desarrolla sin problemas y te sientes seguro y relajado. Pensamientos como “lo estoy haciendo bien, le gusto a las personas, estoy relajado…”, son muy beneficiosos para el individuo y practicar o hacer este tipo de ensayos mentales con cierta frecuencia, nos permitirá reducir los niveles de ansiedad y enfrentar situaciones desagradables de forma exitosa.
  • Cambio de perspectiva: existen varias formas de cambiar la perspectiva para lograr el equilibrio emocional. Una de ellas es ampliando el foco de determinada situación, o lo que es lo mismo, alejarnos o acercarnos a un escenario específico nos dará otra perspectiva de las cosas.

Todas estas técnicas expuestas en el presente artículo son fundamentadas en investigaciones realizadas por expertos psicólogos, psiquiatras, así como terapeutas profesionales que han demostrado eficacia en la práctica clínica para un mejor control emocional y de los sentimientos que se manifiestan en todo ser humano.

Ser asertivo para ser feliz

La asertividad significa reaccionar positivamente a las emociones sin mostrar agresión. Puede decirse también que es adoptar una posición pasiva ante algunas situaciones desagradables en cualquier ámbito de nuestra vida.

Cognitivamente, ser asertivo implica el desechar pensamientos negativos o de ansiedad que generen estrés. Somos asertivos al saber transmitir ideas propias sin temores, pero con respeto y madurez.

Al mismo tiempo, una persona asertiva, aun manteniéndose pasiva, sabe defender sus puntos respetando a los demás.

Es la forma de comunicar a los demás de forma madura y certera nuestra posición ante cualquier circunstancia, empleando la asertividad como herramienta para impedir mentalmente que otras personas nos impongan órdenes, deseos o valores contrarios a nuestros principios.

Una sana actitud ante la vida puede hacernos más felices y la pasividad tiene mucho que decir en todo esto.

Emociones positivas

Emociones negativas y positivas

En la psicología se ha dado mayor énfasis al estudio de las emociones negativas como el dolor ansiedad, ira, angustia y otras similares.

Afortunadamente, ya existe una nueva rama de la psicología denominada Psicología Positiva que estudia las emociones positivas. Uno de los estudios más reconocido es el realizado por la Doctora Barbara Fredrickson de la Universidad de Carolina del Norte.

Fredrickson sugiere que las emociones positivas logran extenderse en la amplia compilación de los pensamientos y accionar del sujeto, fomentando la construcción de innovadoras herramientas para el futuro.

La originalidad sobre la construcción y ampliación ha permitido llegar hasta evidencias específicas sobre la neurofisiología.

De esta forma, se revela que las emociones positivas despiertan y mueven el sistema de neuronas espejo, más que las emociones negativas.

Gracias a esto, hoy en día es más fácil comprender las emociones positivas que trabajan en el cerebro social, favoreciendo la interacción y la empatía.

Se presume que un elevado nivel de afectividad positiva promueve la energía, el entusiasmo y una mente despierta, al reflejar sensaciones de bienestar propio o en el entorno social.

A la inversa, es cuando existe un pobre nivel de afectividad positiva donde se manifiesta el cansancio físico y mental, fatiga, u otros síntomas considerados negativos como la hostilidad, miedo, disgusto y ansiedad.

Igualmente, una baja afectividad negativa se manifiesta en la tendencia a la insatisfacción ante la vida.

Estudios longitudinales realizados en la Universidad de Harvard, mostraron que las emociones positivas armonizaban con una buena salud física, espiritualidad, longevidad y aptitud en las relaciones interpersonales.

Por su parte Deborah D. Danner junto a su equipo de estudiosos y las 180 monjas de la Escuela de las Hermanas de Notre Dame E Milwaukee, Baltimore, Wisconsin y Maryland, lograron determinar resultados importantes.

La investigación arrojó que el 90% de las personas que manifestaron en sus vidas emociones positivas siguen vivas después de los 85 años.

Diferente fue el resultado de las que manifestaron un menor nivel de emoción positiva, calculada en un 34%.

Posteriormente, estudios hechos sobre el tema expusieron que un 54% del grupo más alegre continuaban vivas a los 94 años de edad. Por el contrario, las menos alegres sobrevivían en un 11%.

Igualmente, las monjas que se expresaban más o hablaban en términos positivos, eran menos propensas a la demencia senil a los 85 años. Muchas de las religiosas donaron su cerebro para ser estudiado.